ADVERTENCIA: Se trata de un manual sexual, no lo leas si crees que no debes hacerlo.
Me decido a hacer este manual ante el intenso desconocimiento que existe sobre este campo, buscando por internet no encontré una guía, y muchas mujeres asimilan que si hay poco pecho no hay juego sexual con él, a todas ellas las felicito, pues otra vez la sociedad consumista y conformista le ha vuelto a dar por culo. Para los hombres suele ser claro, unos pechos modestos significan elegancia, y unos grandes placer sencillo. Para los niño-hombres la respuesta está clara también, pechos grandes es un símbolo de maternidad, aquellos niño-hombres que necesitan aun la protección de una madre, o la aceptación de otros hombres, suelen buscar cobijo bajo esos senos. El tamaño del pecho no es signo de ser más o menos mujer, pues como me enseño una novieta a los 16 años (ella tenía 15) es el tamaño del cerebro el que anula o magnifica los pechos. Ella en concreto, tenía un poco más que yo, pero los usaba con ternura, raciocinio y elegancia. El placer de un hombre, depende en gran medida del placer real que la mujer sienta, pues el hombre tiene 3 miembros sexuales, el Pene, el Ego y el Cerebro. Muchos desconocen el tercero, y muchas solo conocen uno de ellos. Como en la escuela misma, se puede educar con la represión y con respuesta vagas que son una metáfora de “esto es así porque es así” o se puede enseñar con paciencia, humor y autenticidad. Los pechos suele ser el primer elemento sexual que mira un hombre, este tiene un pequeño radar, (consciente o no) que analiza cada pliegue, cada forma y cada cambio. El cuerpo masculino nota esas variaciones, si se hinchan los pechos, si se endurece el pezón, lo juntas o separadas que están… detalles que la propia conciencia del hombre suele ignorar. Sean pequeños o grandes, este radar es funcional las 24 horas del día. La mujer pose una ventaja técnica, pues hoy en día los sujetadores están mimetizados, y la mayoría de hombres, es incapaz de notar la diferencia visual, incluso la táctil por encima de un jersey o camiseta. No hace falta sacarse el sujetador, con mostrar el pezón ya hay suficiente tensión sexual, con la clara ventaja de forma, masa y rigidez que proporciona un sujetador. La ropa interior aniñada suele gustar al hombre, recordemos que el principal interruptor sexual del hombre medio, es la juventud. El pecho puede variar mucho de mujer en mujer, pero todas tienen en común una aureola y pezón, observemos que no siempre van a la par ambos pezones, uno se vuelve más tieso y el otro sigue igual por ejemplo. Esos detalles suelen gustar al hombre y a su Ego, dándole a pensar que solo el excita a ese pezón. La autocomplicada y autodenigrante mente femenina, es capaz de llegar a la conclusión de que sus pechos son feos, deformes o inapropiados, pero ante una mínima excitación el hombre es incapaz de dar valor a esos detalles. Recapitulemos, que el hombre, solo puede hacer 1 cosa a la vez, es algo científico, y yo mismo, me vuelvo medio retrasado ante una buena mamada. El hombre tiende a unificar sus 3 órganos sexuales, o al menos 2 de estos, y notar el tacto de un pezón endurecerse con el tacto de su glande húmeda, seguramente tocara de raíz su alma, puedes juntarlos, estirarlos, acariciártelos, pellizcarte hasta tu dolor limite, arañarlos, lo que sea mientras te auto excite, pues la excitación de la mujer hace correrse al Ego. Lo mas atractivo en una mujer, es su confianza en sí misma, eso hará de tu cuerpo una maquina de deseo, pero… no funciona con niños. El tamaño no importa, solo como los uses.
Dedicado a Nicolas, el perro mas cabrón de la existencia :)
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