Parte
2
Sentar y atar a un
hombre que ya esta atado tiene su arte, especialmente si se consideran las
circunstancias del caso, pero Donna tiene la ayuda inestimable del mulato, Arturito le llama ella, y eso es muy facilitador. Primero, la Domina, antes de hacer otro
gesto, toma una de sus bragas usadas, específicamente preparadas al efecto con
toda la gracia que tienen las Diosas para ello,
y dirigiéndose al sumiso le pide, casi maternalmente:
-
Guapa ¿serias
tana amable de abrir la boquita?. Necesito que cuides mis bragas y estoy segura
que no vas a ser tan descortés como para
negarle nada a tu ama ¿verdad nene?. Además, considera que las he usado mucho y
solo para ti…y los regalos de mamá no se discuten ¿ a que no?... ¡abre esa boca
zorra! –ordena finalmente con un tono de voz perentorio -
El sumiso abre su boca y recibe dentro una braga en su
interior, empujada suavemente por los dedos de la Dómina. Es una braga pequeña, apenas un tanga, pero ciertamente
nítido en aromas….. adorados. Y sabe perfectamente quien las ha usado, y no
solo por el comentario de la Dómina sino porque el mismo, cuya memoria
organoléptica es excelente, recuerda ese
bouquet con precisión. La Dómina parece satisfecha de la aceptación sumisa del
varón sometido y añade:
-
Y ahora, guapa, ¿sabes lo que viene?... sentarte
debidamente….. así que, ¡hala, Arturito!,
ayúdale a mamá con este nene que lo vamos a acomodar como Dios manda.
Entre ambos sueltan los pies
atados a la barra espaciadora que los separa, y ayudan al sumiso a
incorporarse sobre las rodillas primero y los pies después, aunque Donna, metiendo
la mano entre las piernas del sumiso,
desde atrás, le sujeta de los huevos para
aclararle las ideas y evitar feos gestos de rebeldía, evitando, de paso,
que el plug anal se mueva, sujeto por la
muñeca de la mano que aprisiona el
escroto. Luego, entre ambos, le hacen caminar hasta una silla situada,
lateralizada, a un metro del borde de la mesa donde la esposa del sometido esta a su vez, expuesta. Y allí lo
sientan con el resultado que Donna prevé…. y advierte:
-
Cariño, sentarte va
traerte tres sorpresitas:: la primera que estarás menos fatigado….. la segunda
que el plug que ocupa tu coño va a penetrarte un poquito más y te va a
mariconear un poco más, lo que te vendrá muy bien. La tercera consecuencia es que vas a tener asiento de
butaca de patio para verlo todo todo todo……..no te vas perder nada,
bobito.¡¡¡.verás que bien vas a ver!!!... ¿No dirás que no soy una mamá
dadivosa eh? – y luego dirigiéndose
a la mujer atada añade- Y tu
puerquita ¿ya has visto como tu cornudo disfruta con el culo lleno? ¿Tu crees
que haremos de él una nena como dios manda, con faldita y todo? . Pues mira,
como yo creo que si, En cuanto a ti…. no es cosa de dejarte sin un revolcón con
un semental de verdad y yo, guapita, he preparado una preciosidad para ti sola.
El hombre se encuentra efectivamente atado a la silla, manos
y pies, con su culo bien lleno y una excelente vista sobre su esposa, expuesta
a lo que …tiene pinta de venir de forma irremisible. El hombre se empalma.
La Dómina, que percibe el detalle, acaricia el escroto y el
pene del cornudo y le da un besito en los labios. Luego, se gira y se acerca al
mulato. Se para frente a él y,
solazándose en la suerte, lo desnuda, ante la pasividad sumisa de éste, y descubre por partes un
atleta perfecto, que ella mira con interés.
Luego alarga su mano y acaricia los huevos del hombre que, en respuesta
a la caricia, se empalma generosamente hasta límites que parecen de película
preparada. La mujer amordazada puede ver a su lado como el mulato, interpuesto
entre ella y su marido atado a la silla, es acariciado y excitado con
resultados escandalosos. Donna se divierte empalmándolo, y de remate se solaza
estimulando el glande rosado y grueso, con la punta de los dedos, haciéndole
destilar gotas de excitación, viscosa y
clara. Divertida, la Dómina toma con la punta del dedo la gota de flujo varonil
y dirigiéndose a la sumisa toma con una de sus manos el su rostro y,
acercando su mano impregnada, unta, con el pulpejo del dedo empapado,
los orificios nasales de la sumisa inmovilizada. Divertida con la pequeña
resistencia de la esclava, Donna se
acerca de nuevo al mulato, que permanece quieto con las manos a la espalda,
excitándolo a punta de dedo y provocando
nuevos efluvios del pollón brutal que responde goteando, flujo del macho
encabritado por ella, para asegurar que su dedo esta húmedo de él.
-
¿Te gusta como
huele el falo de este macho cariño?
¿Verdad que es un aroma muy serio? ¿Fuerte eh?...fíjate que lo huelo yo desde
aquí…. ¿te pone calentita? ¿todavía no?.- la mujer trata de zafarse de la caricia de sus
narinas que Donna repite de nuevo - ya veras como acabas adorándolo,,, y
dejas de rechazarlo con tanta
descortesía……déjame a mi y verás como despierto yo a la puta que llevas dentro.
Vas a beber mucha leche hoy mi amor…deberías ir relajándote…te conviene……hazme
caso cariño…. Huele y caliéntate.
Donna saca las bragas de la boca de la sumisa, que están
empapadas, y las tira a los pies de su marido, espectador. Luego toma de los
huevos al mulato y llevándolo así
sujeto, lo acerca hasta colocarlo entre las piernas de la sumisa abierta. Toma la punta de su falo y lo dirige a la
entrada del coño de la mujer, que da un pequeño respingo ante lo inevitable,
aun que guarda un prudente silencio.
-
¿Sabes lo que
acabo de colocar en la entrada de tu coño burgués, amor?... te lo digo porque
como no estas acostumbrada a estos prodigios igual no sabes de que se trata. No
creo que hayas tenido en tu vida semejante cosita esperando entrarte dentro ¿o
si?...dime cariño ¿Alguna vez te ha follado un polla así de generosa? Esta
polla …no se como decírtelo…no es que te folle….es que te empala- y como la
sumisa permanece tensa y silenciosa, Donna se acerca a su vera y tomándola de
un pezón lo aprieta, a la vez que mete la mano en las piernas de las sumisa y
comienza a masturbar con prodigiosa habilidad el clítoris de la hembra domada - Si te digo que contestes hazlo ¡perra!
-
- no…nunca….no..
-
¿Es verdad eso?.
Lo vamos a saber ahora mismo…. Porque lo mismo eres de esas putas que están
hartas de follarse todo lo que se mueve,
a la chita callando, y aquí, tu cornudo, en vez de estar hoy de estreno …… está de 25 aniversario de
sus cuernos. Pero mira…es lo que tiene….
vamos a saberlo todo…..y sin preguntar…que las burguesas sois muy
mentirosas… por ejemplo ¿ves? parecía que no querías que nada pasara, cuando te
atamos, y ahora se te nota que
estas deseando que te la metan.
¿Callas?.... quien calla otorga nena… y a lo hecho pecho.
Donna mantiene la caricia sobre el clítoris de la mujer y
abriendo los labios de su sexo, muestra un interior rosado y acogedor a su
cornudo, que no pierde detalle. No
parece gustarle el grado de humedad de la hembra atada y se lo hace saber:
-
¿Sabes que no
acabo de notarte yo mojada como la perra que quieres ser? No sé no sé….. Algo tendremos que hacer al
respecto – y poniendo cara de pasmo, como sorprendida por su propia idea,
añade - ¡ya sé!--- ¡vamos a mojarlo como si fueras una puta caliente! ¿si? A que te gusta la idea!!! ..ya veras que
bien!-
Mira al mulato y le dice-
-
Arturito. Guapo, Arrodíllate
y mama a esta puta como sabes hacerlo…..ya sabes, al estilo glotón que tantos
días de gloria te ha dado entre las puercas…. ¡caliéntala bien! – Donna aprieta
con largueza y severidad los pezones de la sumisa, usando ambas manos y
afilando sus uñas en los pezones sometidos, provocando un respingo de la mujer conquistada, bajo sus ataduras- ¡la quiero muy muy mojada Arturito rico y
si no lo logras no la voy a culpar a ella…..sino a ti, guapo, y entonces te voy a apretar las pelotitas en
castigo hasta que me hagas pucheros…. y
tu no quieres eso ¿verdad? .. pues hala nene…mámala como Dios!.
Arturito se dispone entre las piernas de la
sometida con muy buena disposición,
sujetando con ambas manos los muslos de la hembra, y acercando su boca grande y
carnosa al sexo expuesto aplica sus
bembas sobre el coño, como una ventosa cálida y perfecta. Sus carrillos se
mueven activamente, al ritmo que la
lengua impone sobre la totalidad del
sexo abierto. El negro lame con eficacia y ritmo y la sumisa, a su pesar,
siente que las piernas se le hacen humo y el vientre le estalla en sensaciones
electrizantes, agónicas, perfectas.
Donna, feliz, mantiene con su presa digital sobre los pezones
dominados, y la mujer gime. La dómina se
dirige al cornudo voyeur:
-
Mira cornudita…tu
mujer esta gimiendo… la están comiendo el coño. Arturito el mamón se esta
bebiendo los flujos de tu mujercita y me parece ¡que la puta está que se muere
de gusto. ¿Te gusta que ver como le chupan la corrida a tu puta?. Para cuernos los tuyos rica, menuda golfa
que tienes por esposa…., oye…. oye, como
gime ella…se esta muriendo de gusto la muy zorra. Aunque… ahora que lo pienso lo
mismo no ronronea por la mamada que la
esta emputeciendo y en realidad se queja del tratamiento que le estoy dando a
los pezones de golfa que se gasta. ¿Sabes que cornudo? Que vamos a dejar de
hacerle pupa en las tetas, pobrecita ella, y voy a darla de mamar de mis
tetitas…a ver que pasa ….. ¿verdad que os gustaría a los dos?
La sumisa mueve las caderas
en un baldío intento de calmar la marea que la inunda el vientre, pero
solo logra incrementar el ansia que pone el negro en mamarla y aumentar su sensibilidad
desbocada. Los labios que la maman, siente ella, son arcos de carne que le
envuelven poderosamente, palpitando con
vida propia, y esa lengua, dura y ágil, se pasea como un torrente de lava mágico buscándole
cada uno de los rincones de su coño. Ella se siente una catarata que se
derrama, salvaje, irremediable. Sabe que
a ese ritmo, en cuanto el negro busque
su clítoris, que hasta ahora solo rodea con parsimonia a punta de lengua, se va
a correr de forma escandalosa. La sumisa
no es que se sienta mamada, que le consta que la comen el coño sin piedad, es que siente que ese
hombre oscuro y brutal la somete, sin miramiento ni pudor, a un torrente
infinito de flores de saliva que chocan con su carne receptiva, chorros que crecen y vuelven loca su intimidad. Por su parte Donna se acerca y sacando sus
pechos de su corsé y sujetando su cuello, le dice:
-
Vamos a ver la
clase de lesbiana que estas hecha, señorona, ….¡cómeme los pezones! y asegúrate
de que me pones caliente porque sino, amor, te voy a espabilar poniéndote unas pincitas en las
tetas de esas que hacen pupa, y se que me
vas a hacer pucheros. Además…..estas deseándolo ¿verdad cerda?... ¡Esmérame
cerda!….chúpame!
El pezón perfecto de la Dómina se acerca a la boca de la
sumisa que, abre sus labios, y recibe la
punta oscura de la teta de Donna.
Absorbe el pezón entre los labios fruncidos, masajeándolo, y masturbando con la lengua la areola cálida de la Hembra dominante. Chupa con la
pasión que su coño exige, mucha, y cuando el negro mete su lengua, como una
lanza de saliva, en su clítoris sensibilizado, abre la boca y busca llenársela
con la teta de Donna, que observa la escena mientras se toca el sexo abultado
aún cubierto por los ajustados pantalones.
-
Vaya, vaya con la
burguesa…mírala como se mea de ganas de mamarme las tetas.. caray como me las
come…¿ves bien cornudo?.....que ganas pone…me esas poniendo cachonda esta cerda,
¿y para eso tantos reparos?...para correrte de gusto en cuanto te las dejo mamar?...me
parece que nos has salido muy golfa tu eh?.....mmmmmm me gusta como mamas puta…
creo que te voy a dar mas cositas para mamar…..mmmmmmm ¡ Gimes?..... ¿es que la
putita se va a correr delante de mamá y de su marido? ¿Va a ver tu cornudo la
carita que pones cuando te corres porque
un hombre te come el coño como dios
manda?... me pareeeeee ceeee que si….. ¿verdad perra?.. ¿te viene putita?...¿te
vas a correr como una golfa atada mirando a tu cornudo enculado? ¿si?.....
Esmérate Arturito rico…¡córrela!
Arturo obedece y redobla su caricia, que ahora centra en el
clítoris que, entre sus labios, ha engordado generosamente como si quisiera
follarse la boca del negro. La mujer gime y agita su respiración que se vuelve
irregular, entrecortada, interrumpida por pequeños sollozos que ella, y su
marido, desconocen de su garganta. Tira
de sus muñecas para sentir la atadura que las fija, complaciéndose en el gesto
que le ofrece la coartada de la inevitabilidad del orgasmo que llega sin su
voluntad directa, pero con la aquiescencia más absoluta. Sabe que se corre,
siente la ola infinita, que como estrellas de luz le descargan en su vientre
más íntimo, en el centro mismo de su alma. Mira a su marido atado que la observa con
gesto cómplice. Se sabe escandalosa en su gemido y se avergüenza tanto como se
excita al oírse, incapaz de reprimir su orgasmo ruidoso y brutal. Finalmente abre la boca y simplemente se
muere de placer. Le explotan las vísceras en un artificio luminoso, mágico, y
su garganta grita alientos de fuego,
mientras levanta la cabeza hasta donde sus ataduras le permiten - Donna
se ha retirado, tocánde ella misma los pezones excitados, para observar el
resultado de su trabajo- y observa la cabeza del negro que le quiebra el
cuerpo, obnubilando toda voluntad, que la mama con pasión perfecta y lasciva.
La mujer se ofrece sin reservas al grito mantenido, largo, escandaloso, y
liberador y disfruta sin límite de un orgasmo desconocido y brutal. Finalmente, liberada de su orgasmo
cósmico, la mujer se abandona atónica,
triunfante y vencida, contra la cama que la acoge, su cabeza inclinada,
sus ojos cerrados, silenciosa, el rostro
bello y plácido, consciente del espectáculo de intimidad que acaba de derramar
en la habitación. Consciente de su pasividad. Consciente de que el silencio que
la envuelve es momentáneo, tan fugaz…como su paz.
Fin de parte 2
La putedemadame-DK