viernes, 26 de septiembre de 2008

Mariana Pineda



Retomo el blog después de un tiempo "vacio" y me apetece hacer esta sección como parte de una asignatura pendiente. Cuando hablé de la "Sala" y hablaba de Mae Wets en algún momento mencioné que quisiera hablar de mujeres que han tenido un peso a lo largo de mi vida. Quiero aplicar la etiqueta Ella, femenino singular y colocarlas una a una por que creo que fueron mujeres sobre todo individuales , fieles a si mismas, con carácter , algunas transgresoras, otras atípicas y en muchas ocasiones fueron sobre todo valientes.
Mi primera mujer se llamaba Mariana Rafaela Gila Judas Tadea Francisca de Paula Benita Bernarda Cecilia de Pineda Muñoz, conocida en nuestros días como Mariana Pineda, corria el año 1804 y hace ya de eso , el Rey Fernando VII tenia dividido el país entre sus partidarios absolutistas y los liberales.
Me llama la atención la precocidad y la cantidad de pretendientes que tenia con apenas 15 años , dicen las crónicas que era muy hermosa:-
Mariana era una chica rubia, de piel muy blanca y ojos azules
No trato de hacer una biografía de cada una de estas mujeres , si así lo deseáis podéis encontrar información sobre el personaje en paginas como esta :
http://es.wikipedia.org/wiki/Mariana_Pineda

En su día , recuerdo una serie de televisión dedicada a ella y me impresiono como unas creencias políticas se reflejan también en una actitud ante la vida , para su época creo que fue una mujer atípica y no solo por la implicación en la política, si no por la forma consecuente de llevar su cotidianedad.
Quiero dejar unas frases atribuidas a ella donde quedan reflejados un mundo interior mucho mas rico e intenso que el de cualquier mujer de su época .

Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrastrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de aprobó delatando a persona viviente..

El recuerdo de mi suplicio hará más por nuestra causa que todas las banderas del mundo.

Jamás consentiré ir al patíbulo con las medias caídas.

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